Injerto de árboles: qué es, cuándo y por qué se hace

El injerto para árboles es el empalme de un brote o yema de un árbol a otro. Entre ellos se forman nuevos tejidos y el brote se nutre del sistema radicular del árbol. Se convierten en un todo. Veamos por qué se injertan los árboles y cuándo se hace.

Particularidades del injerto de árboles

Sólo pueden injertarse árboles estrechamente emparentados. Sus periodos de reposo y de movimiento activo de la savia y la época de fructificación deben coincidir. He aquí algunos ejemplos de compatibilidad entre árboles:

• Se injertan manzanos de distintas variedades, así como cornejos o espinos.
• Los perales se injertan sobre perales, manzanos, serbales y majuelos.
• Los ciruelos se injertan sobre ciruelos, cerezos y espinos.

Como base para injertar un brote, elija árboles a partir de 3 años de edad con un sistema radicular fuerte. El brote anual se toma de un árbol sano cultivado en suelo fértil. El brote y el árbol se nutren inicialmente de los nutrientes acumulados hasta que se forma un tejido común. Por tanto, ambos árboles deben ser fuertes.

Los árboles se injertan en primavera, durante el periodo en el que ya se está produciendo el movimiento de la savia pero las hojas aún no se han abierto. La temperatura óptima es de unos +10 grados. El tiempo debe ser seco pero no caluroso. El exceso de sol no es deseable. Los árboles también pueden injertarse a finales de julio o principios de agosto, pero entonces habrá menos tiempo para el empalme y la adaptación.

Por qué injertar árboles

Hay varias razones para injertar árboles:

• Si un árbol se cultiva a partir de semillas, sus características varietales se pierden en parte. Al injertar un brote, se conservan todas las características de la variedad.
• Los árboles frutales silvestres y los brotes jóvenes se injertan en el brote de un árbol con grandes características frutales. El árbol joven tiene la energía y la capacidad de crecer. Su unión da como resultado un árbol fuerte con frutos de calidad de la variedad injertada. Los frutos de los árboles silvestres ya no son pequeños, agrios o amargos, sino grandes, fragantes, jugosos y dulces.
• Cuando un árbol fructifica mal, el brote le da «nueva vida». Este método es eficaz para cerezos, ciruelos, manzanos y otros árboles de hasta 10 años, y de hasta 25 años para las especies que no dan fruto. La copa se regenera y se producen frutos con regularidad.
• Al injertar un brote en un árbol joven, el periodo de fructificación es el doble de rápido que si el árbol hubiera crecido de semilla.
• Se pueden cultivar distintas variedades de fruta en el mismo árbol. Se injertan en él ramas de varios árboles frutales con el mismo periodo de maduración. Esto permite diversificar la cosecha si no se dispone de espacio suficiente.
• Para aumentar la rusticidad de los frutales, se deben seleccionar como base árboles silvestres y variedades sin pretensiones. Pueden hacerse más resistentes a las heladas o, por el contrario, más amantes del calor.
• El injerto restaura la forma de la copa si las ramas crecen de forma irregular o han sido rotas por el viento.
• Si el árbol ha sido gravemente dañado por roedores o por otras razones, los brotes se injertan por encima y por debajo de la lesión. Se recupera.

Existe una aplicación poco convencional para el injerto de arbustos. Las plantas o ramas cercanas se injertan para formar una red de setos. Es impenetrable y sólida.

Los arbustos y árboles ornamentales con copas de forma irregular suelen formarse mediante injerto. Los arbustos o variedades de árboles llorones se injertan a veces en la base del árbol.