Retención dental: qué es, causas y consecuencias
- 10.06.2025
La retención dental es una afección en la que el diente está completamente formado, pero no puede erupcionar a través de la encía. Esta patología se da tanto en niños como en adultos y afecta con mayor frecuencia a las muelas del juicio y los caninos. El problema puede pasar desapercibido durante mucho tiempo, pero en casos avanzados provoca inflamación, daños en los dientes adyacentes y defectos estéticos.
Causas de la retención
Normalmente, a una persona le deben salir 52 dientes: 20 de leche y 32 definitivos. Si un diente se queda retenido en la encía o el hueso, puede deberse a varios factores:
- Exceso de dientes: presencia de dientes sobrantes que impiden el crecimiento de los principales.
- Posición incorrecta del germen dental.
- Alteración de la forma o el tamaño del diente.
- Odonoma: tumor benigno de los tejidos dentales.
- Deformación de la mandíbula y la dentadura.
- Predisposición genética.
- Disminución de la inmunidad o infecciones padecidas a una edad temprana.
Lo más frecuente es que se retengan los terceros molares (dientes del juicio), ya que puede que simplemente no haya suficiente espacio en la mandíbula para ellos. En segundo lugar están los caninos, especialmente los superiores, que desempeñan un papel importante en la formación de la mordida.
Formas y diagnóstico
La retención puede ser:
- Completa: el diente está completamente oculto bajo la encía y el tejido óseo.
- Parcial: el diente ha salido parcialmente, pero no del todo.
Visualmente, un diente retenido puede pasar desapercibido. Los pacientes suelen quejarse de dolor periódico, hinchazón, sensación de presión o inflamación de las encías. Es importante realizar una radiografía a tiempo para determinar la posición exacta del diente y el grado de retención.
Posibles complicaciones
Sin tratamiento, la retención puede tener las siguientes consecuencias:
- Desplazamiento de los dientes adyacentes.
- Deformación de la mordida.
- Destrucción de las raíces de los dientes adyacentes.
- Quiste e inflamación.
- Dolor crónico y limitación de la apertura de la boca.
La retención parcial es especialmente peligrosa: la parte del diente que ha salido al exterior entra en contacto con la saliva y las bacterias, lo que a menudo provoca pericoronitis, una inflamación de los tejidos circundantes.
Tratamiento y prevención
La táctica de tratamiento depende de la edad del paciente, la localización y el grado de retención. Son posibles los siguientes enfoques:
- Observación: si el diente retenido no causa problemas.
- Tratamiento ortodóntico: colocación de brackets o aparatos especiales.
- Extracción quirúrgica: se realiza en caso de inflamación, falta de espacio o riesgo de lesiones.
La extracción de un diente retenido es una operación completa que incluye una incisión en la encía, la liberación del diente y, si es necesario, la extirpación de una parte del hueso.
La prevención incluye:
- Revisiones periódicas en el dentista desde la primera infancia.
- Control de los plazos de erupción.
- Tratamiento oportuno de las anomalías en el desarrollo de las mandíbulas.
- Extracción de los dientes temporales solo cuando esté indicado.
La retención dental no es solo un retraso en el crecimiento, sino una afección que puede tener graves consecuencias. Cuanto antes se detecte el problema, mayores serán las posibilidades de preservar la salud del sistema dentofacial. Las visitas periódicas al dentista y la atención a las señales del organismo ayudarán a evitar intervenciones complejas y a conservar una sonrisa bonita.