Prevención de enfermedades articulares: qué hacer y qué no hacer

Las enfermedades articulares pueden prevenirse con medidas sencillas o, si ya existe un problema, los desagradables síntomas pueden reducirse considerablemente. Esto también mejorará la salud general, incluida la salud mental. En casos desatendidos, se recurre a la cirugía de traumatismo articular con larga rehabilitación, lo que provoca estrés. Veamos algunas de las recomendaciones útiles, así como lo que hay que evitar.

Qué hacer

Algunos consejos cotidianos para la salud articular:

• Mejorar la función del hígado y el flujo de bilis de la vesícula biliar. Estos órganos se encargan de producir colágeno para construir cartílagos, ligamentos y tejido conjuntivo. La bilis es esencial para la formación de lubricante articular.
• Equilibrar la composición de la microflora intestinal. Cuando los alimentos se digieren correctamente, el cuerpo absorbe las sustancias necesarias para la salud de las articulaciones.
• Compruebe si hay prolapso de los riñones y función renal insuficiente, espasmos en los órganos y conductos. Los riñones, el hígado y los intestinos eliminan el exceso de sales y ácidos, que se depositan en las articulaciones y las destruyen. Los riñones también intervienen en la formación de líquido sinovial en las articulaciones.
• Determinar si existen irregularidades en la estructura de las articulaciones: pies planos, deformidad en varo o valgo de los pies, curvatura de la columna vertebral. Compruebe el estado de las articulaciones de la cadera.
• Equilibrar la dieta - añadir más productos lácteos naturales, embutidos, pescado a la dieta diaria.
• Bebe mucha agua limpia. El agua interviene en todos los procesos del organismo. En lo que respecta a las articulaciones, el agua forma parte del cartílago, lubrica, disuelve y elimina sales y ácidos. Si hay falta de líquido, el sistema circulatorio no suministra adecuadamente nutrientes a los tejidos que nutren las articulaciones.
• Es importante hacer suficiente ejercicio. El ejercicio regular y un calentamiento ligero, que no sobrecargue demasiado las articulaciones, sino que las haga trabajar suavemente, serán suficientes. Esto es necesario para normalizar la circulación sanguínea y la salida de la linfa, ya que ésta se mueve exclusivamente por contracciones musculares.
• El peso debe normalizarse: un peso corporal excesivo provoca una carga excesiva en las articulaciones.

Lo que no hay que hacer

Algunas cosas que debes hacer para prevenir daños en las articulaciones

• No se debe abusar de ciertos alimentos. El aceite de girasol contiene un exceso de Omega 6, que provoca inflamación articular. Las espinacas tienen un alto contenido en oxalatos, y los tomates en exceso pueden provocar dolor articular. El té y el café pueden deshidratar el organismo. Los embutidos, las salchichas, los palitos de cangrejo y los productos enlatados contienen sal en exceso, fosfatos y potenciadores del sabor, que no son buenos para las articulaciones.
• No corras demasiado ni durante demasiado tiempo. Esto ejerce una presión excesiva sobre la columna vertebral, las rodillas y todas las articulaciones. Se acepta el footing ligero con calzado cómodo. La marcha nórdica con bastones de esquí nórdico es útil, ya que supone un esfuerzo moderado para las articulaciones y proporciona un apoyo adicional para la distribución de la carga.
• Evite permanecer mucho tiempo de pie o sentado en posturas estáticas. Esto provoca el estancamiento de los tejidos, las articulaciones no reciben suficiente nutrición y los productos de desecho no se eliminan correctamente.
• Es aconsejable prevenir el edema y es importante eliminar la congestión lo antes posible. Esto altera el metabolismo de los tejidos y ejerce presión sobre las articulaciones y los órganos internos.
• La actividad física intensa no es deseable. Esto puede traumatizar tus articulaciones.
• Es importante no pasar demasiado frío. Las bajas temperaturas dificultan la circulación sanguínea.

Acude a un médico para que te aconseje sobre cómo prevenir los trastornos del sistema musculoesquelético y, en particular, cualquier molestia articular. Un especialista comprobará si hay infección y, en caso necesario, prescribirá un tratamiento. Su médico puede aconsejarle el uso de condroprotectores y otros medicamentos para las articulaciones.